Pide tu libro:

domingo, 28 de julio de 2013

Siempre se renace

Siempre se renace.
No importa la edad.
No importa el espejo.
No importa el espejo.
No importa la edad.
Siempre se renace.

Pendular.
Pendular y circular.

Siempre se renace.
No importa la profundidad de las heridas.
No importan siquiera las cicatrices.
No importan los espejos rotos.
A las heridas siempre les importa
importar a la profundidad de los espejos.
Las cicatrices rotas no importan.
Se renace siempre.

He visto la sombra del abismo.
He visto la nada más absoluta. El miedo.
He rozado con la punta de la lengua la manzana envenenada.
He descuartizado la palabra desencanto.
                Encanto. Des. Ese canto.

Pendular.
Todo va continuamente alejándose de algo
lo más posible
para poder volver a juntarse de nuevo.
Con más fuerza.

Siempre se renace.
Sacar la cabeza del cascarón. Sacar los brazos. El cuerpo.
O bien seguir matando el tiempo mientras me mata el espejo.
El cuerpo, los brazos y la cabeza engullidos por el cascarón.

Circular.
Nada llegó a comenzar nunca.

Renacer es inhalar luz.
Pero para renacer
Es necesario morir primero.
Renacer es exhalar luz.

Circular, pendular.

Renacer
exige,
como requisito indispensable,
asesinar a los espejos.
Asesinar a los espejos,
como requisito indispensable,
exige
renacer.

Nada llegó a terminar nunca.

jueves, 11 de julio de 2013

Despierto

Despierto del letargo
en que me ha sumido tu cuello.
Despierto y levanto el vuelo.
Ya he destartalado demasiados sueños
ya he olvidado mi oficio y mis vicios
                por culpa de tus orificios.

Despierto del letargo.
Quedarme enredado en tu pelo
es un lujo tan caro que no se paga con dinero.
Despierto,
escapo de la quietud de tus sábanas,
                maleza perfecta para evadirse de la luz.
Deshago la maleta
                donde sólo habitaban piedras y ropa vieja
para emprender el viaje de vuelta
                vacío de estorbos.

Estoy despierto.
Ahora llevo yo la batuta
de la orquesta
que interpreta mis siestas,
mis desvelos,
mis congresos en camas ajenas,
mis deseos,
que interpreta sin partitura
melodías efímeras que ensordecen al tiempo.

Estoy despierto
porque es la única manera
de poder vivir mis sueños.

domingo, 7 de julio de 2013

Acuerdo

El nudo que entrelaza
tus ojos y los míos
no se deshace ni con los dientes,
¡joder!
y la luna no deja
de dibujar tu cuerpo
en cada reflejo
y me miro, te miro, te miras
nos miramos
y las miradas fornican como locomotoras en celo
y tu boca es una avispa camicace cargada de veneno
y mi labio superior
tiene cuatro corazones taquicárdicos
que palpitan para no parar de percibir tu parpadeo.
Que tus pestañas son pistilos
polinizados de polvo de estrellas
y mi nariz
es una abeja obrera en primavera.

Pero tú,
intoxicada de prosa,
quieres, sencillamente,
echar un polvo,
y yo,
intoxicado de celo abierto,
acepto el acuerdo.