Me gusta imaginar
mi vida idílica contigo.
Cabaña de paz y juncos,
cortinas que se difuminan
con la espuma de las olas,
remanso remoto sin horas
ni espacio para el tiempo.
Me gusta imaginarnos
en esa felicidad perpetua,
tendidos al sol
de la primavera eterna,
recordando este presente
en que no hallábamos descanso.
Me gusta imaginarnos
en ese hipotético futuro
echándonos de menos ahora,
muriéndonos de pena
por no tener nada por lo que morir,
matando los mosquitos y las tardes.
Me gusta imaginarnos
en ese fin hacia el que remamos,
ya sin callos en las manos,
ya sin barco ni camino.
Me gusta imaginarnos recordándonos.
Me gusta imaginarnos tristes,
recordándonos felices.
Me gusta imaginarte imaginando
ResponderEliminaral borde en un abismo lleno de florecitas
caprichosas de colores necesarios
si es al borde de un rio
con sauces llorones
aun mejor.
Me gusta imaginarte en paz
cuando te arrullan zumbidos
ecos y sombras
mientras se abrazan.
Porque se que en
varios momentos
cuando se miran fijo
a los ojos que miran
saben a lo mejor de ustedes
aunque no lo sepan.
Celina Montreal