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domingo, 27 de diciembre de 2015

Bagaje

“Lo importante de una cita
es la cita en sí misma,
no que un autor haya leído al otro”.
Suso Sudón.

Estoy solo ante el folio
sintiéndome pequeño.
¿Quién soy yo
en comparación conmigo?

El vagón está abarrotado de vagabundos
que seguro han leído a Bécquer.
Yo me siento pequeño
ante la imagen que tengo de mí.
¿Soy aquel pájaro
que tejía alas a las ratas?

Las escaleras mecánicas
no son un buen lugar para escribir.
Aquí hay grillos
que no han oído hablar de Lorca
y señoras que me miran
                desde su niñez.
¿Quién soy yo
para escribir mientras camino?

En el último pasillo del metro
un señor precioso
me suplica con los ojos
un gramo de luz.
Dejo caer la aguja de ganchillo
y lo esquivo.
¿Quién es él para sentirse
más necesitado que yo?

Cruzo en rojo
sin dejar escapar las palabras
y miro ya después.
Mi casa está cerca.
En la parada fuman tres mujeres
cerca del cartel que muestra a la mujer
que soñaron ser.
¿Quiénes son ellas
para no ser ellas?

Ya en el ascensor
le doy la espalda al espejo
para verme en el cuaderno.
Este noveno es lejanísimo.
Tengo que sacar las llaves.
Esta casa no es mi hogar
pero el calor es próximo.
Hay un Nobel de literatura
que no sabe quién soy yo.
¿Quién soy yo
para mencionar su nombre?

Mi habitación es un desastre
en comparación con el poema.
Si me quito el abrigo lo dejo.
¿Quién soy yo
para llevarme la contraria?

En el suelo hay escamas
de pieles preciosas
y pelo del monstruo
                que me cuida.
Ellas leyeron autores que detesto
pero me dieron su aprobación
y un iceberg de amor.
¿Quién soy yo
para banalizar su fuego?

Estoy solo antes tres páginas y media
de mierda y sangre interlineal
y me siento más gigante que yo.
¿Quién es José Hierro?

Este calor uterino
no puede ser sano.
Si me quito el ego lo dejo.
¿Quién es mi lector sin mí?

En este cuaderno hay un poeta
que no quiere ser yo
y sólo me ha leído a mí.
Alimento mi bagaje
con cada verso que escribo
y cuanto más pequeño me siento
                menos calor necesito.
Me quito el abrigo y el ego
y lo dejo.

domingo, 6 de diciembre de 2015

No veo la luna

Tengo escamas de horas bajo las uñas,
me consumo despacio ante el teclado
y dispongo mi sombra.
No veo la luna
y esto dificulta la escucha
pero percibo lejanos cantos alto y claro.
Tengo segundos bajo las uñas.

Tengo tallos en los dedos que buscan alimento,
meto el tiempo en un tiesto y este en el trastero,
desenrollo mi sombra.
No veo la luna
y esto dificulta la escucha
pero percibo lejanos cantos que se mezclan
con el tictaqueo procedente del trastero.
Mato al tiempo de un tiro en la nuca.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Cartografía interior

Es inútil tratar de hablar conmigo mismo
y escuchar lo que me digo al mismo tiempo.

Escuchad lo que le digo al mismo tiempo:
Tengo tu existencia conectada a mi latido
por si pretendes escapar.

Es inútil hablar de tratar conmigo mismo
y decirme lo mismo que escucho al tiempo.

Escucho al tiempo decir lo mismo:
Tengo tu latido conectado a mi existencia
por si pretendo escapar.

Hablar de lo inútil de tratar conmigo mismo
y escucharme al tiempo decir lo mismo.

Escuchad al tiempo decir lo mismo:
Mi existencia pretende escapar
por si conectas tu latido.

Hablar conmigo mismo de tratar lo inútil
y decirme al mismo tiempo lo que escucho.

            Escucho que le digo lo mismo al tiempo:
            Mi existencia pretende conectar
            por si escapa tu latido.

martes, 24 de noviembre de 2015

Sólo somos humo



Los poemas sólo son humo.
Puedo prometer praderas profundas,
parajes ignotos para perdernos,
eternidad donde tendernos.
Tus estambres piden polen.

Tú eres idílica musa
con la menstruación impoluta de la luna
y las hojas de parra en la nuca.
Yo soy sombra iridiscente
que ocupa tus rincones
con la seda entre los dientes.
Soy paciente francotirador del verbo
que certero se posa en tu vientre y lo atraviesa.
Soy arquitecto constante del beso
que estructura tu lóbulo izquierdo y lo yergue.

En el texto ambos habitamos armonía,
no evitamos levitar en los encabalgamientos,
                estamos en contexto,
buceando en los cimientos de la estrofa sin escafandra.

Por esto
en la realidad tangible
sólo somos sólidos si nos olemos,
si hacemos óleo de fluidos
                en el lienzo de la sábana.
Sólo somos auténticos en el artilugio,
articulamos palabras sólo con mordaza,
aderezamos con sal artesanal nuestra liturgia,
nuestro amor es artefacto.

Sólo somos humo en la presencia.
En el poema eres perfecta meretriz,
astuta vendedora de fósforos imperecederos
que no quiere mi dinero
                si no la fricción etérea
de mi bolígrafo enfermo de forma.

Yo te ofrezco el fondo insondable
de un ahora sin disfraz eterno,
el inefable verso inmenso sin cesura ni prosa ni pausa ni mesura,
el efímero contacto sin contrato
de dos cuerpos desmembrados
                que fluctúen en la superficie pálida del mediodía
mientras juegan a ser puzle.

Pero tú ya tienes tu orgasmo de rimas,
el cigarro de después a medias
y las medias en su sitio.
Mi amor no se consuma
por consumir el humo del poema
y termino por animar la imagen en mi mente
de mi ráfaga de futuros inminentes en tu cara.
Y la belleza se apaga
y ya no puedo ni prometer en vano.

Sólo somos uno si fumamos juntos
de la sólida humareda de la soledad.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Me molestan las palabras

Me molestan las palabras.
Quisiera no tener que llegar a las palabras
para desplazar la rabia,
quisiera no tener que ametrallar un folio
para desembalsamar las dudas.

Me molesta tener que explicar lo evidente
en una discusión,
tener que tratar de hacer comprender
a un ser que se esconde detrás de un fardo de ego,
que lo que hay en mis ojos es exactamente lo que ve.

No tengo tanto tiempo.
Es más sencillo.
Las palabras no sirven.

Me molesta el hórror vacui de palabras
­—oídas, leídas, serigrafiadas en el alma—
como si en ellas residiera la sabiduría auténtica,
me molesta la palabra palabra.
Me molestan para amar, reír, flotar, estornudar, correrme, bostezar, llorar, ladrar, gemir, gritar, mirar, oír, oler, tocar, meditar
-sin embargo son muy útiles para pensar-,
me molestan para disfrutar del arte, volar, drogarme, despertarme, desperezarme, abrazar, vibrar, beber, liberar, jugar, besar, expresar
—es más complejo.

La poesía sirve.
Es más sencillo—.

Las palabras no sirven. Me agobian.
Mientras intento avanzar en mi jungla interior
miles de palabras externas se inmolan en mis parietales,
mensajes, recuerdos, citas, memes, paquetes de conducta
me acuchillan en todos los callejones y me hurtan luz.

Las palabras sólo sirven para denunciar
que las palabras no sirven.

La poesía es lo contrario de sí misma.
Es más complejo. Es más sencillo.
Sólo la poesía consigue que las palabras
sirvan para lo que no sirven las palabras.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Valiente

Valiente es aquel que siente miedo.

Valiente es quien enarbola
la verdad más dolorosa
            hasta la cumbre final
y la diluye con el viento,
el de los ojos ardientes de libertad
que deforesta de cadenas
            las miradas que atraviesa,
es aquel
capaz de reutilizar las lágrimas,
            reciclar la rabia
y retomar el mando de la nave.

Valiente
es quien planta enredaderas
            a los pies del grueso muro,
riega, observa, espera y trepa
sólo cuando la hora llega.

            No se puede no ser valiente

Es valiente
quien se autorretrata sin retoque
            para poder sanar las taras,
quien cabalga contra la estampida
de conformismo y parches,
de no conflicto y yugos,
de pusilánimes búfalos embistiendo
            a la pureza que no saben alcanzar.

           Sólo hay dos opciones.

Ser valiente es simplemente
            ser fiel a uno mismo
a pesar de los pesares de quien sea,
atreverse a soltar lastres
            que no te pertenezcan.

Ser valiente es movimiento,
acción activa, voluntad, anhelo,
ilusión, principios, horizonte, medios,
velas, remos en las manos, viento.

            No se puede ser valiente
            si no se tiene nada que perder.

Valiente es quien todo lo pierde,
se agarra a sus propias asas,
aprende que nada tiene
            y todo lo gana.

No se puede no ser valiente
si tienes un antes, un después
y sobre todo un durante,
si estás sencillamente vivo.

            No se puede no ser valiente:
            sólo hay dos opciones.

Valiente es aquel que siente miedo,
no se paraliza y lo utiliza
como combustible del valor.

Valiente es aquel que siente miedo.

martes, 22 de septiembre de 2015

Idiota y sabio

Soy idiota.

Si fuese idiota
me creería sabio.
Soy sabio.

La sabiduría
está en la duda.
No sé si soy
o no soy sabio.
La duda inmoviliza
e idiotiza.
Si no sé
no puedo ser libre.
Decido ser libre.
Idiota y libre
o preso y sabio.
Decidir es mental,
Lo mental no es natural.
Natural y preso
o libre y mental.

El superhombre ha muerto,
el idiota no vive.
Creo que no soy.
La fe es para idiotas.
No soy.
Sólo es lo tangible.
Soy pues.
Soy idiota y sabio,
soy libre y preso,
mental, natural,
creyente y deductivo.

Por tanto,
nada.
Tanto y nada.

martes, 15 de septiembre de 2015

Elige

De tanto fluir
pareces un salmón muerto a la deriva.
Elige una salida.
Duele tener que matar
tantos universos paralelos
pero duele más el limbo
donde todo puede llegar a ser y nunca.

Elige, actúa, camina
antes incluso de saber si puedes;
no se aprende en el estanque congelado
sin verbo de la mente.
Elige,
si no lo harán por ti.
Actúa,
ahora nunca es tarde.

De tanto fluir
cada día te pareces más al viento,
apareces lento y deslizante
y nadie sabe qué te mueve.
Tu tristeza no la va a curar el tiempo,
la espiral de tu sofá
ensancha los agujeros negros.

Sal, sala, salta.
Sal al sol y camina sin rumbo
para averiguar a dónde vas.
Sala con sonrisas los momentos
y quizá encuentres motivos para sonreír.
Salta para recoger el fruto,
no te conformes con la podre sobra.

Haz
y serás luz.
Lo demás
es sombra.

sábado, 22 de agosto de 2015

Como yo

Si todos fuesen como yo
el mundo sería un lugar mejor.

No existiría la cocaína
ni la trata de blancas,
no sería necesaria la democracia
y no habría canales en la televisión.

Si todos fuesen como yo
no habría guerras ni leyes,
se disolverían las fronteras
y los futbolistas sentirían los colores.

Si todos fuesen como yo
la autogestión gobernaría cada institución,
no sería necesaria la anarquía,
todas las películas serían “Cómo ser yo”
y no inventarían ninguna religión.

            Si todos fuesen como yo
            no existiría la tercera persona.

Si todos fueseis como yo
el mundo sería un lugar mejor.

No servirían los espejos
ni los escaparates ni la moda
ni las dietas ni los crecepelo
ni muchísimo menos el pudor.

Si todos fuéseis como yo
no habría lugar para la discusión,
en la duda residiría la razón
y las tertulias literarias
serían un club de autofelación.

Si todos fuésemos como yo
no habría nada nuevo bajo el sol,
no sería necesaria la poesía
y por eso brotaría siempre en flor.

            Si todos fuéseis como yo
            no existiría la segunda persona.

Si todos fuésemos como yo
el mundo sería un lugar mejor.

Habría comida para todos
y erradicaríamos la contaminación;
no sería necesario desplazarse
porque ocuparíamos todos la misma localización.

Si todos fuésemos como yo
no tendríamos ansias de posesión,
ni moneda ni trueque ni propiedad,
el amor propio sería un bien común
y la evasión derecho fundamental.

Si todos fuésemos como yo
la endogamia sería la única opción,
las orgías estarían a la orden del día
y no sería posible la procreación.
No sería necesaria la vida.

            Si todos fuésemos como yo
            no existiría el plural.

Si yo fuese como yo
el mundo sería un lugar mejor.


            Si yo fuese como yo
            no existiría la persona.

Si todo fuese como algo
no sería necesario el mundo.

domingo, 16 de agosto de 2015

Tu silencio

Me regalas un silencio
después de tanta nada.

Cántaro vaciado,
no vacío.

Tu líquido inocuo
regándome los huertos.
Indio danzando
reclamando nubes
que no lluevan.

Me regalas un silencio
y recuerdo tu luna nueva,
tus tetas y sus velos,
tus labios abiertos
a un milímetro de mi nuca.

Me regalas un silencio
después de tanta nada
y le ordeño tanta tinta
que no tengo cuadernos.

Pájaro no libre,
liberado.

Como cuando pensamos al unísono
en tu clítoris sin saberlo.
Tirar al vacío los minutos
escuchando los latidos
hasta que se detenga la habitación.

Piloto soñando averías
para poder amerizar.

Tu silencio el único callado,
lo demás promete nunca prometer.
Tu silencio fruta silvestre,
la tangente de tus nalgas,
tu ombligo sin estambres.

Me regalas tu silencio
y lo convierto en mudo ruido,
te riego con mi líquido inicuo
y no consigo recordar tu voz.

Poeta no seco.