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miércoles, 14 de diciembre de 2016

Al fondo

Al fondo del océano,
justo debajo de nuestro velero,
una familia de corales
era devorada por un tiburón blanco.

Justo encima,
al fondo del universo,
el infinito tocaba techo
y el eco de nuestras voces
comenzaba el camino de regreso.

Dentro del barco
nos acuchillábamos los ojos
con delirios rotos y palabras de dragón.

Fuera, en cubierta,
una gaviota en celo
se atragantaba con una cáscara de ego
mientras su amor volaba mar a dentro
en busca de un gramo de basura.

Dentro,
al fondo de nosotros,
se anegaban nuestros huertos,
se ahogaban cientos de recuerdos
                                                   del futuro
como si se nos colara dentro
                  todo el océano de ahí fuera.

Fuera, en tierra firme,
dos niños se conocían
mientras hacían migas
con el tiempo muerto bajo las uñas
jugando a ser timoneles de sus cuerpos.

Dentro, en un estante del velero,
un reloj parado avanzaba un segundo,
debido a un traqueteo brusco del viento
procedente del fondo del universo,
mientras nuestros cuerpos extasiados
retrocedían al vientre materno
inmersos en el líquido amniótico
del desconsuelo.

Desde fuera, nuestro velero era idilio,
enigmático nido de amor profundo
flotando en la superficie de un pétalo.
Desde dentro, lo de afuera era pequeño,
angosto mundo de espinas de titanio
demasiado hostil para un ser solitario
despedazado por sí mismo en dos.

Aquella tarde ha terminado hoy mismo.
Nuestro eco ha deshecho ya el camino
y llega a mis tímpanos ridículo,
exhausto, siendo ya una sola voz,
monótono rumor amargo y desvalido,
patética danza de gallos desalados
destripándose mientras engorda el público.

Hoy desgajo ese rumor y ordeno las moléculas
pero están todas manchadas del otro
y no reconozco mi ADN entre el ruido.
Fuimos uno y trinamos hacia el cosmos
una polifonía indivisible
que nos desmembró por dentro y por fuera.

Fuera,
al fondo del futuro, hay un velero
navegando sobre y bajo el pasado.

Dentro,
al fondo del presente, estamos vivos
musitando un poema de amor único.

Al fondo,
fuera de la dimensión temporal,
dentro de nuestra cáscara de ego,
un coral está naciendo del polvo.

1 comentario:

  1. Desde dentro de tus poemas, las demás palabras se hacen pequeñas.
    Hermoso.

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