Soy como los idiotas
que se sientan en el anden
del metro
y escriben idioteces
mientras esperan la llegada del tren
y observan,
curiosos, interesantes y misteriosos,
las actitudes y conversaciones
de los otros idiotas
que esperan
y observan, a su vez,
como si tuvieran el derecho
a sentirse
igual de idiotas que yo.
muy bueno y bastente cotidiano. ME GUSTA!
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