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domingo, 31 de marzo de 2013

Arcadas


Arcadas.

Tengo mucha tinta en el estómago.
Mente en blanco, alma negra,
tornillos oxidados en el pecho.
Odio, ¿amor?, odio.
Granadas de mano en las pupilas
y en las palabras caracolas sordas.
Quiero acariciarte, olerte, morderte,
                arañarte, golpearte, descuartizarte.
Quiero irme de mí.

Arcadas.

Ayer  tendíamos lavadoras de miseria
en cordones de oro
y nos bastaba con medio rayito de sol.
Ayer estábamos de revuelta
y matábamos de risa a los sauces.
Ayer…
Hoy
te miro y deforesto una montaña.

Arcadas.

Todos mis muros se derrumban
                una y otra vez.
A la mierda!
Ya no necesito caparazones,
                               ¡que venga el mundo!
Aquí estoy
a pecho descubierto
                y los nudillos cargados de veneno.
No puedo resetearme otra vez más.
                               Quiero irme de mí,
                                               Quiero que te vayas de mí.
                                                               Quiero irme de ti.
Déjame volar,
aunque sea encadenado a mi conciencia.
Razón, ¿instinto?, razón.
La razón encadenada
cede sus armas al instinto
y le invita a reventar las normas;
el instinto encadenado
pide consejo a la razón
y los dos se pudren al unísono                  en su propia tela de araña.
(Bonita fábula sin moraleja).
No tengo la llave,
ni siquiera sé cuál es la puerta.
                TENGO QUE VIVIR
Tengo que salir de este rincón oscuro,
empuñar mi machete,
                                               soltar el boli,
y apuñalar a mis fantasmas,
a todos,                               a destajo,
salir al abismo y                                                               saltar,
y pintarme de blanco,
y cederle al destino la paleta de colores
y soltar el boli
                soltar el boli
                               soltar el boli
.

sábado, 30 de marzo de 2013

Querer correr


Querer correr
no es querer caer.
Querer volar
no es querer caer.
Querer caer
no es querer dar pena.
Querer agradar
no es querer querer.
Querer querer
no es querer.
Querer querer es quedarse quieto
y quedarse quieto
no es nada.

miércoles, 27 de marzo de 2013

El mundo necesita poesía


El mundo necesita poesía.

El mundo necesita
sugerencia y abstracción.
Necesita caricias de canela,
vino tinto
y marihuana.

El mundo necesita
la electricidad de las miradas anónimas
que se cruzan en las bibliotecas.

El mundo
necesita parecerse más
a unos ojos con vértigo
                que piden gravedad
                               al filo del abismo
                                               de unos labios húmedos.

El mundo necesita sincronizar la revolución
                y los orgasmos
y no los horarios y las agujas del reloj.

El mundo necesita paz en los hogares
y guerrillas
para recuperar los parques.

El mundo
necesita palabras como cabezas nucleares
para reventar los cimientos de esta ética obsoleta.
Necesita espíritu
y no caretas, maquillaje y músculos de acero.
Menos hiperrealismo y más imaginación.

El mundo necesita sensibilidad,
escalofríos,
mariposas estomacales
                que tomen las riendas de tu vida durante una tarde.

El mundo
ya no necesita unos papeles de colores
que te digan cuánto tienes.
Necesita profecías
no profetas.

El mundo
                ni siquiera
necesita poetas.
El mundo
necesita

sábado, 23 de marzo de 2013

Lo reconozco


Sí,
lo reconozco,
en ocasiones pongo reggae
y me quedo mirando las visualizaciones del Reproductor de Windows Media.

Sí,
a veces
me apetece confundirme con las sombras
durante catorce horas:
salir,
espirar,
comer,
inspirar
y entrar.
No todos los días me quedo dormido.
Es posible que en cierta ocasión
me haya masturbado viendo fútbol.

Sí,
pero he sacado fuerzas para escribir esto
                y que tú lo leas
mientras te tocas los huevos. 

viernes, 22 de marzo de 2013

El infinito tatuado


Tengo el infinito tatuado en la retina
                de mirar al cielo.

Soy un joven aprendiz de necio
que sobrevivió al incendio de la libertad
pero tengo en el cerebro
quemaduras de tercer grado
                que aún supuran miedo.

Tengo el infinito tatuado.

He bailado con los galgos abandonados de mi barrio
al son de una lata de sardinas
canciones populares que sólo se cantaron una vez,
he masticado los chicles del amor hasta el desgaste,
he robado, he mentido,
me he drogado hasta perder la identidad,
he reído cataratas y he llorado mariposas
pero nunca
he dejado de mirar al cielo.

Toda una vida buscando respuesta
a preguntas que no he sabido ni formular.

Y sigo rindiéndome.
Y sigo siendo aquel niño caprichoso
que se encierra en su cuarto enfurruñado
para escribir que quisiera ser halcón.
En vez de luchar.
En vez de saltar
y salir volando por el balcón.
Y sigo dejando que mi ego maneje mis palabras,
                mis obras
                               y sobre todo mi omisión.

Y sigo mirando al cielo
con los pies en la tierra.
No busco dios.
No busco perfección.
Busco un sueño infantil,
una nube de la que colgarme.
Pero me absorbe la espiral del infinito
                y me tatúa su canción en la retina.

Soy un trozo roto del viento
que a veces no sabe volar.

Pero seguiré recolectando tropiezos
hasta que ya no queden piedras.
Y seguiré jugando, arriesgando,
derrapando en las esquinas,
exprimiéndole las ubres al reloj
y saboreando cada calada de vida
porque lo efímero es volátil
y el infinito
puede esperar.

sábado, 16 de marzo de 2013

Ese caza-miedos


En los confines del mundo
debe de haber escondido
algún tipo de artilugio
capaz de amedrentar al miedo.
Después 
amordazarle, atarle, meterle en un saco,
disparar,
arrojarlo al río, y disparar,
pero primero
necesitamos ese artilugio,
ese sistema capaz de diluir cualquier atisbo de cobardía,
ese caza-miedos
que lo derribe al primer contacto.

Es preciso encontrarlo.

Aunque
puede que no esté en los confines del mundo.

Incluso
quizá no esté escondido.

martes, 12 de marzo de 2013

Ser un triste


Ser un triste
está de moda.
Ser catástrofe-nihilista,
ser realista, aprensivo,
dinamitante, cortante,
afeitado, chistoso pero callado,
extrovertido pero tímido,
loco pero cuerdo,
no demasiados vicios
quince días de vacaciones a lo sumo,
muchas quejas,
mediocridad en cualquier tipo de ejercicio creativo
y sobre todo
                la tristeza por bandera.

¿Pájaros en la cabeza?
¿Utopías, sueños inalcanzabels,
felicidad extrema,
confianza en uno mismo?
                esto sólo puede acabar mal.
Hay que ser un triste
para trepar.

domingo, 10 de marzo de 2013

Vértigo


Llevas los ojos pintados de rayos de noche,
suave carita angelical desconsolada
y un paracaídas raído en los labios.

Te descubro
paseando al borde del abismo
                de la barra del bar
como con un imán en las pupilas
murmurando melodías imposibles
                mientras apuras un tercio.

La noche sigue rayándote la pintura de los ojos
y tu sombra es más larga que el silencio.

Tus palabras son trapecistas ebrios
y me cuentas
que ya no sabes si debes contar
o descontar
los días
o contar de dos en dos
o quitarle los domingos al calendario
o arrancar el segundero de todos los relojes…
                yo te digo
que los días son de barro
que se moldean con las manos
y te invito
a rayar la pintura de la noche con las llaves de tus ojos.

Pero mis palabras
son funambulistas sordos
en el circo fantasma de las utopías
de este maestro de ceremonias desahuciado
y cretino
que solo buscaba un poco de cariño.

Y me descubro
paseando al borde del abismo
                de tu cara
                               como con un imán en las pupilas
murmurando melodías imposibles
                mientras apuro mi tercio.

Y el barro de los días
se va solidificando
por haber querido moldearlo con palabras
y ya no queda birra
y nos alejamos del abismo de los bares
mientras un rayo de luz
le pinta los ojos a la noche
                y nos alejamos el uno del otro,
aunque
caminemos
en la misma dirección,
como dos malabaristas mancos
que quisieron impresionar al tiempo
y este
se les vino encima.

Y nos alejamos el uno del otro
                para no tener razones para dejar de ser suicidas
por el vértigo
que supone
alejarse del abismo.

sábado, 9 de marzo de 2013

Idiotas


Soy como los idiotas
que se sientan en el anden
            del metro
y escriben idioteces
mientras esperan la llegada del tren
y observan,
curiosos, interesantes y misteriosos,
las actitudes y conversaciones
de los otros idiotas
que esperan
y observan, a su vez,
como si tuvieran el derecho
a sentirse
igual de idiotas que yo.

viernes, 8 de marzo de 2013

Los largos días de lluvia


Los largos días de lluvia,
las antorchas,
los capirotes,
las carracas,
los idiotas que se cuelan en el súper,
la melancolía,
las aceitunas que saben a lo que huelen los pueblos,
los estuches de lana,
las camisetas empapadas,
los autorretratos anónimos,
los calendarios atrasados bonitos,
las motocicletas tintadas,
la brisilla que me mece las pestañas,
los aeropuertos apátridas,
los carniceros,
las canicas de gasolina,
y yo
haremos algo único.

jueves, 7 de marzo de 2013

¿Dónde están los murciélagos?


¿Dónde están los murciélagos
cuando se los necesita?

Llevo varias madrugadas
                en mi cueva
cabeza abajo
aleteando palabras inconexas
que ensucian el silencio.
Cómo única respuesta
mi eco molesto y chirriante.

¿Dónde están
los demás murciélagos?

Echo de menos
los murmullos del resto.
Estoy ciego,
pero puedo ver un cielo vacío en mi memoria.
Quiero vuestros gritos,
vuestros desgarros,
vuestros llantos desconsolados,
vuestra compañía imperceptible.
Quiero vuestros versos
ensuciando este silencio
                que me roba la estrellas que guardé
para momentos como este.

¿Dónde están?

Estoy ciego
pero puedo ver un poema vacío
aleteando silencios en mi paladar.
Y me siento sucio
y lleno.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Nueve versos



Nueve versos
no me dan, ni por asomo,
para explicarle al mundo
que las limitaciones del lenguaje
que nos enseñaron
son de tales dimensiones
que seremos incapaces
de relatar con fidelidad
un simple sueño.

martes, 5 de marzo de 2013

Descuartizando unicornios


Sigilosamente
descuartizo los unicornios de mi dormitorio,
sonriendo por dentro.

Llevo siglos esperando
que un hada venga a verme
y se abra de piernas en mi cama
para lamerle las alas a solas,
pero parece que todas se suicidaron en masa.

Sigilosamente
realizo autorretratos hiperrealistas
en los azulejos del baño
mientras me masturbo haciendo memoria.
Ya no puedo imaginar pornográficos encuentros con mi farmacéutica,
sólo recuerdo
y al final, el semen
se mezcla con mis lágrimas.

Sólo,
en silencio,
sintiendo sólo lo tangible,
con los pies en el suelo,
descuartizando unicornios,
volviéndome cuerdo,
cuerdo, pero muerto por dentro.

lunes, 4 de marzo de 2013

Hachazos al viento


He llenado de hachazos el viento
buscando mi destino.
No me quedan ya balas en la recámara
pero tengo los bolsillos
llenos de piedras
para reventar las vidrieras de los templos del miedo.

¡Cómo canta la oscuridad!
¡Cómo ruge!
He oído sirenas
menos atrayentes que el fracaso.
Nos enseñan,
                sí,
nos enseñan
                a perder
una
                y otra
                               y otra vez
y otra,                                                 
venga
otra
y otra
y lamentarse
y no a aprender.
Sí,
nos enseñan a asumir el fracaso
como parte constituyente del ser.
“Eres bueno”
dicen tus progenitores
mientras esculpen un oscuro bosque endemoniado
en el lienzo del futuro.

Mira cómo bailo.
                                                               ¡Siéntate y estudia, hijo de puta!
Cuando ya no tengas piernas
y un árbol muerto te cuelgue de los labios
vomitarás todos los conocimientos superfluos
sobre la cara de tus nietos.

He llenado de hachazos el viento.
Quiero correr,
pero tengo en la mochila
las ruinas de los sueños
de todos mis antepasados.

¡Cómo grita el abismo!
¡Cómo tira!
Presos desde los tres.
Nos decapitan.
Reticulan nuestros folios blancos,
mutilan las alas de la imaginación,
encadenan nuestra lengua
y construyen marionetas para que muevan los hilos de nuestras muñecas.

Presos.
Lejos de la naturaleza.
Lejos de los sueños, de la realidad,
de la dolorosa verdad que libera las gargantas.

Presos
en un limbo,
del que es mejor no salir
si ya es demasiado tarde.

He llenado de hachazos el viento.
                He llenado de hachazos el viento
para abrirme paso hacia afuera.
                               He llenado de hachazos el viento
en vez de abrirme el pecho y buscar dentro.
                                               He llenado de hachazos el viento
buscando un destino
que he tenido siempre
guardado en el bolsillo.


domingo, 3 de marzo de 2013

Silencio


Silencio, incienso,
cemento.

Mariposas, diagonales,
cordones.

Silencio.

Si el silencio existiera
olería a incienso.

Cemento.

Si las mariposas
fueran geometría
serían diagonales.

Cordones.

Camino de tierra seca,
nata, rueda quemada,
canela, pelusa,
trombón de varas.

Cemento, cordones,
si los olores sonaran
existiría el silencio.