lunes, 31 de marzo de 2014

Todos

Todos eluden al prójimo;
nada es de todos;
todo es de alguien.
Todos miran adentro pero a un nivel tan superficial
que ni entran ni salen;
se quedan en la piel.
Hablan del tiempo, del basket,
del este, del otro;
todos hablan de los otros.
Se me irritan los ojos de observarlo todo; quisiera no poder ver
el fondo
pero huelo la tristeza de quienes
no supieron nunca quienes son;
almas errantes que caminan
siguiendo las flechas,
que alcanzan satisfacciones tan ínfimas
y materiales
que dejan de existir,
almas atadas al cuerpo;
buscan ropa, comida, sexo, alcohol, ropa,
buscan evitar al prójimo, evitar lo de dentro;
se agarran a lo primero que pasa y no
existen para sí!
Todos se alejan de todos.
¿Qué cantidad de universos paralelos caben
en un cruce de miradas?
Todos miran al suelo-pantalla-libro-pantalla-pantalla;
todos evitan sentir;
la felicidad consiste en alimentar las adicciones;
todos son adictos; nadie dice serlo.
Todo es adictivo; nada lo parece;
la apariencia es, cada vez más, la madre de todas las ciencias;
todos aparentan ser algo y todos son tachados de eso.
Ser, estar, parecer;
verbos que copulan con cualquier sujeto pero no follan igual;
follar es un sueño que se olvida si no lo piensas rápido o se lo cuentas a alguien.
Todos buscan follar.
Amar no puede olvidarse porque sucede siempre;
aquí y ahora.
Todos parecen buscar amar.
Aunque puede que parezca que todos buscan follar
y realmente busquen amar.
Todos están amordazando el amor.
Todos se contradicen.
Todo es lo contrario;
Todos son coherentes con la contradicción mundana;
los que se quejan, los que denuncian, los que se lamentan también están contaminados;
el cambio está dentro;
todos tienen sentido común;
consciente colectivo.
Pero ya están contaminados;
todos entienden que el poder lo tienen ellos pero no lo buscan dentro;
y se apoderan de objetos sin valor que venden todos aquellos que dominan a todos;
y todos dominan a todos;
o al menos lo parece;
Todos están contaminados;
almas atadas al cuerpo.
Todos son todos.
Todos están en todos.
Todos parecen todos.
Todos. Todos. Todos.

viernes, 28 de marzo de 2014

Yo voy

Me llamas con tu voz de gata subversiva;
yo saco a pasear a los antidisturbios del silencio.

Pides guerra;
yo firmo la paz a palos en tu espalda.

Me lames los dedos a kilómetros
con las cataratas de tus piernas;
yo
con guantes de látex y paraguas aguanto el aguacero.

Despliegas tu ejército de hormonas mariposa
                que baten las trenzas, erizan el bello del aire, enrabietan al viento;
yo me parapeto con evasivas de abeto.

Me deslumbras con los faros colosales de tus playas vírgenes;
yo pongo rumbo a la oscuridad
pero parece que se amotinan hasta los grumetes de mi nave.

Rozas mi cara, depositas tu aroma en mi barba, te meces;

yo


intento agarrarme a lo que sea mientras caigo.




Abres la boca






yo voy.

domingo, 9 de marzo de 2014

Cualquier cosa

He venido a este cuaderno
para hablar de cualquier cosa
que no seas tú.

La existencia,
                por ejemplo,
es una forma de empezar.
Existo.
Existes.
Existimos.
La existencia no me interesa.

La naturaleza.
La naturaleza pide a gritos auxilio,
la naturaleza se manifiesta en cada parpadeo,
la naturaleza ve en el hombre a su hijo
y lo respeta,
la naturaleza no entiende de reglas;
busca la luz,
                se cuela,
atraviesa las grietas de la cabeza
y fluye.
No como nosotros.

La sociedad.
La sociedad
está
hasta los ojos de basura:
Los curas, los polis, las alcaldesas,
los bancos, los ricos, la mafia,
el consumismo esquizofrénico que nos consume por dentro
                y les da de comer a los ricos,
la mafia, los polis, los bancos,
las alcaldesas, los curas,…
y por supuesto
los valores impuestos que nos dicen
cómo debemos amar.
Como si la naturaleza
                naciera de nuestra cabeza.
La sociedad
mutila la naturaleza.
Como nosotros.
Como mi sonrisa torcida
                careta de duro,
como tu espada afilada;
los diques que embalsaman nuestras riadas.
Hablaré de todo lo que tú no tocas,
aunque eso suponga recurrir al susurro del silencio,
aunque el silencio huela a tu cuello,
aunque la naturaleza
                pretenda atravesar mis muros y eyacular a través de mi bolígrafo.

Hablaré de cualquier cosa;
de la luna, de los celos,
del enjambre de dudas que zumban tu nombre,
de la nada.
La nada.
Sí.
La nada es un lugar tan inmenso
que tú
casi
cabes dentro.

viernes, 7 de marzo de 2014

Hablamos


Hablamos de la vida
                dentro de la vida.
Hablamos del amor
                dentro del amor.
Hablamos de la sangre
                dentro de las heridas.
Hablamos de ver el atardecer en una playa de Tailandia
                mientras vemos el amanecer en una playa de Tailandia.
Hablamos de comer
en las comidas.
Hablamos de amistad
                con los amigos.
Hablamos de los borrachos que hablan con los camareros
                con los camareros cuando vamos borrachos.
Hablamos de la guerra
                fusil en mano.
Hablamos de la paz
                después de haberla firmado.
Hablamos de la libertad.

Hablamos de las conversaciones
en las conversaciones.
Hablamos de la droga
mientras nos drogamos.
Hablamos de alienación
                en el centro comercial.
Hablamos de esclavitud
                mientras remamos.
Hablamos de la depresión
                con el psicólogo.
Hablamos de poesía
                en los poemas.
Hablamos del frío
                en invierno.
Hablamos del calor
                en el calor.
Hablamos de la libertad.

Hablamos de hablar.

Hablamos de callarnos.