Me llamas con tu voz de gata subversiva;
yo saco a pasear a los antidisturbios del silencio.
Pides guerra;
yo firmo la paz a palos en tu espalda.
Me lames los dedos a kilómetros
con las cataratas de tus piernas;
yo
con guantes de látex y paraguas aguanto el aguacero.
Despliegas tu ejército de hormonas mariposa
que
baten las trenzas, erizan el bello del aire, enrabietan al viento;
yo me parapeto con evasivas de abeto.
Me deslumbras con los faros colosales de tus playas
vírgenes;
yo pongo rumbo a la oscuridad
pero parece que se amotinan hasta
los grumetes de mi nave.
Rozas mi cara, depositas tu aroma en mi barba, te meces;
yo
intento agarrarme a lo que sea mientras caigo.
Abres la boca
yo voy.
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