domingo, 29 de julio de 2012

Reanimación


Cabalgando con el viento a favor
me cuelgo de los pelos de mis sueños.
Enamorándome de las caricias
de mis sábanas solitarias,
vaciándome con los besos empapados de vino.
Olvidando que aún tengo espinas
clavadas en el culo,
salgo deslizándome por la puerta grande.

Cabalgando sobre un congelador de titanio,
hacia la costa de un mar bohemio,
para dejarme arrastrar por sus mareas.
Mordiéndome las manos
para no darle un tortazo
a la ignorancia disfrazada con ropa de marca.

Cabalgando sobre mi sombra,
apoyándome en mí,
confiando en mis dados de doce lados.
Me ducho cada minuto
con el ácido sulfúrico de la paciencia,
para no encomendarme a la ciencia barata
de un vaso de agua.
Si he de ahogarme,
que sea en una botella medio llena.

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