domingo, 7 de julio de 2013

Acuerdo

El nudo que entrelaza
tus ojos y los míos
no se deshace ni con los dientes,
¡joder!
y la luna no deja
de dibujar tu cuerpo
en cada reflejo
y me miro, te miro, te miras
nos miramos
y las miradas fornican como locomotoras en celo
y tu boca es una avispa camicace cargada de veneno
y mi labio superior
tiene cuatro corazones taquicárdicos
que palpitan para no parar de percibir tu parpadeo.
Que tus pestañas son pistilos
polinizados de polvo de estrellas
y mi nariz
es una abeja obrera en primavera.

Pero tú,
intoxicada de prosa,
quieres, sencillamente,
echar un polvo,
y yo,
intoxicado de celo abierto,
acepto el acuerdo.

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