domingo, 28 de julio de 2013

Siempre se renace

Siempre se renace.
No importa la edad.
No importa el espejo.
No importa el espejo.
No importa la edad.
Siempre se renace.

Pendular.
Pendular y circular.

Siempre se renace.
No importa la profundidad de las heridas.
No importan siquiera las cicatrices.
No importan los espejos rotos.
A las heridas siempre les importa
importar a la profundidad de los espejos.
Las cicatrices rotas no importan.
Se renace siempre.

He visto la sombra del abismo.
He visto la nada más absoluta. El miedo.
He rozado con la punta de la lengua la manzana envenenada.
He descuartizado la palabra desencanto.
                Encanto. Des. Ese canto.

Pendular.
Todo va continuamente alejándose de algo
lo más posible
para poder volver a juntarse de nuevo.
Con más fuerza.

Siempre se renace.
Sacar la cabeza del cascarón. Sacar los brazos. El cuerpo.
O bien seguir matando el tiempo mientras me mata el espejo.
El cuerpo, los brazos y la cabeza engullidos por el cascarón.

Circular.
Nada llegó a comenzar nunca.

Renacer es inhalar luz.
Pero para renacer
Es necesario morir primero.
Renacer es exhalar luz.

Circular, pendular.

Renacer
exige,
como requisito indispensable,
asesinar a los espejos.
Asesinar a los espejos,
como requisito indispensable,
exige
renacer.

Nada llegó a terminar nunca.

1 comentario:

  1. Si sólo fueses sonoridad ya sería suficiente, pero es que no es sólo eso lo que llama mi atención y parece querer quedársela para siempre...
    Me dejas sin palabras.

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