Mujeres bailando con serpientes,
pendientes de pétalos de luna en sus lóbulos,
clavicordio,
cálida brisa azul,
un aroma que recorre vértebras
y tras la cortina de seda y lentejuelas
muere una tarde de canela.
Agosto
es una sombra resplandeciente
encinta
de un invierno eterno
que avanza bordando plata en las pupilas
sentado en una mecedora de asfalto.
Paz.
Fuera, los tejados están mojados de veneno.
Paz.
Aquí la suavidad empaña las ventanas
y las lágrimas se visten de rivera.
Fuera, los tejados están encharcados del veneno.
Aquí no.
Fuera.
Están haciendo estragos las goteras.
Paz.
me has hecho la guerra aquí dentro.
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