Me siento pequeño
cuando me ven por dentro,
y me visto de gigante.
Me siento pequeño,
Indefenso, impotente, vulnerable,
en pelotas,
cuando me acusan,
sin jucio previo,
las ametralladoras de
las pupilas amigas
cargadas de balas de venganza.
Me siento un insecto
si me miran bajo los felpudos
me siento absurdo, gilipollas,
continuamente fustigado
por las pestañas
que son los látigos de los
cobardes.
Pero el cobarde
aquí
soy yo
porque aún sabiéndome inocente,
finjo serlo,
no lo soy realmente
y alimento con mi carne
a las alimañas de la ficción
que ya es real.
Llegué a tus versos hace poco y me he quedado enredada en unos cuantos de ellos...
ResponderEliminarqué alegría descubrir otras voces en las que sentirse a gusto!, como cuando escuchas esas canciones que parecen que conocen tu historia. Te leo y pienso: joder, qué razón tiene! no podría haberlo descrito mejor...
sigue afinando la lengua, poeta! :)