Suelo desayunar café con humo,
me alimento de ilusión
mientras arrojo los minutos
por el embudo luminoso.
Me alimento de ilusión.
Morpheo está detrás de la persiana
ofreciendo paz o libertad,
como todas las mañanas,
y yo siempre elijo no elegir.
Vivo del aire
delirando en una idea fértil
que nunca encuentra soporte
con que copular.
Me alimento de ilusión.
Bebo de los tubos de escape
y sueño con huir
dormido de pie en la línea circular.
Me suele desvelar la apnea,
me aliento de ilusión
y escupo realidad.
Mañana volverá Morpheo
ofreciéndome verdad u olvido,
yo seguiré firme en mi decisión
de ser un lánguido indeciso.
Me alieno de ilusión,
me uso para el hedonismo
y eludo la responsabilidad
que Dios me encomendó.
Le doy la espalda a mi don,
me alieno de ilusión
y escribo por encargo del público.
Consumo, como, orino, defeco, fornico,
respiro, duermo, me fumo, me bebo y vomito
para poder volver a hacerlo todo de nuevo.
La ilusión es el placebo.
La ilusión es una ilusión.
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