jueves, 17 de julio de 2025

Seres cobardes

Tropel de seres sin rostro

cargando cruces de hierro

y rosarios de oro

atraviesan las calles en busca de sangre

y abren en vertical el vientre

del que salimos todos

para esterilizar a nuestra madre,

para inutilizar a la pureza,

para ridiculizar la paz,

para destrozar la civilización.


Seres oscuros de cueva profunda

salen a la luz de la farola

a proclamar la rabia,

a edificar el caos,

a manipular con trastos viejos,

y repelentes de lógica baratos,

a seres pequeños

que olvidaron que son dios

y ansían localizar el foco

del vasto incendio de vacío.


Procesión de ánimas en trance,

enajenadas por la soledad,

se identifican por colores

y se abrazan sin rozarse

antes de lanzarse furibundas

a las costillas de aquel

que produzca más melanina

mientras aseguran defenderse,

quiebran cuerpos humanos

mientras aseguran defenderse

de culturas agresivas.


Interminable lista de seres

que siguen incansables

la senda del más fuerte,

los mismos seres que callaron

ante los abusos del matón

en el patio del colegio,

los mismos siervos asustados

que prefieren al tirano

y deconstruyen la libertad

para que nadie la disfrute.


Caravana de seres informes

fundiéndose con su sombra

en busca del enemigo único

que dé significado a su camino,

en busca de seres débiles

que no se defiendan demasiado,

avalancha de seres cobardes

que ondean la ignorancia

avanza lentamente

hacia las mentes vulnerables

y es cada vez más ancha.


Sed encendida

Sed encendida y nada más.

Enjambre de necesidades consecutivas,

halo imperceptible de anhelo honesto,

autopista empecinada con el vacío

atravesada de caminos de esperanza,

tierra yerma de tan pisada por mi olvido.


Sed inapagable y nada más. 


Muros demasiado lisos retornan la voz

con nitidez tan impoluta que hiere,

abro el verso para sembrar el aire

y estirar la imperiosa escapatoria.

Sed de búfalo varado en la duna.

Bruma cerrada de vapor de hierro, 

canciones antiguas hablan de un cielo,

laberinto de materia inerte placentera,

ventanas tapiadas con puré de fruta.


Sed inmensa de cualquier cosa.


Nada más. Sed obstinada.

Sed de nueva necesidad

de forma permanente, 

sed de regresar a sedes anteriores,

sed de persistir en una sola sed,

interruptor averiado en el uno,

sed encendida y nada más.