Sed encendida y nada más.
Enjambre de necesidades consecutivas,
halo imperceptible de anhelo honesto,
autopista empecinada con el vacío
atravesada de caminos de esperanza,
tierra yerma de tan pisada por mi olvido.
Sed inapagable y nada más.
Muros demasiado lisos retornan la voz
con nitidez tan impoluta que hiere,
abro el verso para sembrar el aire
y estirar la imperiosa escapatoria.
Sed de búfalo varado en la duna.
Bruma cerrada de vapor de hierro,
canciones antiguas hablan de un cielo,
laberinto de materia inerte placentera,
ventanas tapiadas con puré de fruta.
Sed inmensa de cualquier cosa.
Nada más. Sed obstinada.
Sed de nueva necesidad
de forma permanente,
sed de regresar a sedes anteriores,
sed de persistir en una sola sed,
interruptor averiado en el uno,
sed encendida y nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario