martes, 30 de junio de 2015

Las moscas

Las moscas se alimentan de nuestro desprecio.

Las moscas son almas errantes
que arrastran condenas eternas,
son pecadores infames.

Son antiguos hijos de puta
encerrados en esos pequeños seres oscuros
que necesitan caca como combustible.

Las moscas
se alimentan de nuestro desprecio.

Si no consiguen molestar desaparecen,
mueren de inanición,
por eso buscan tu oreja y tu nariz;
necesitan el odio para sobrevivir.

Vendrán a por ti si te resistes,
las moscas sólo perciben la atención.

Las moscas se alimentan
de los manotazos y la desesperación
que emanamos. Y se la damos.

Les ponemos rabia en boles
y aspavientos en bandeja;
somos cómplices de su existencia.

Las moscas se alimentan de nosotros
y nos convierten a la vez en potenciales moscas,
nos llenan del veneno
que procede de nuestra propia mierda
y somos súbditos de su apetencia.

Nosotros alimentamos a las moscas.

lunes, 15 de junio de 2015

Gritar aquí

En absoluto silencio
voy bajando por la calle del desastre
y reconozco
de entre los cadáveres
más de un rostro.
La violencia
de sus pupilas petrificadas
me golpea la garganta.

Gritar aquí sería absurdo.

Me tumbo
y embadurno mi cuerpo
con la sangre de un precioso cadáver de mujer,
imito su semblante,
petrifico mi pupila en el infinito,
no muevo ni un músculo.
Espero.
Jamás creí que fuera tan duro
adaptarse a una sociedad.

lunes, 8 de junio de 2015

Si te poseyera

Si te poseyera
haría todo lo posible
por hacerte huir,
y si huyeras
me sentiría fracasado
por haber logrado de ti
exactamente lo que quería.

Ahora que no te poseo
y sueño con poder hacerlo,
deseo que me desprecies
sólo
cuando yo te pida que te quedes
y así, quizá un día,
tú hagas precisamente lo que quiero
antes siquiera de haberlo deseado.

martes, 2 de junio de 2015

Poesía y rocanrol

La poesía
es casi tan aburrida
como el rocanrol.

La prisa es mala, la ciencia es misa.
Escribo porque tengo calma,
que no es moco,
boli, papel y tiempo.
Tengo también las ganas
y el estómago lo suficientemente 
vacío.

He tendido las camisas de fuerza en el jardín.

La poesía es lo de siempre.
Yo también tengo grilletes en los pies
y telarañas en los ojos
y bozal de mimbre
pero no escribo por deporte, ni por no estar, ni pornostar,
ni porque me importe el arte, ni por darte, ni por darme,
escribo por locura irrefrenable
porque no todo es ponerse.
No escribo por encargo ni de mí mismo.

La poesía es lo de siempre.
A veces todo lo que me rodea se torna enredadera
y los seres queridos son maniquíes haciéndome cosquillas.

La poesía es lo de nunca.
Hablar de hacer aquello que potencialmente es realizable,
la utopía equidistante,
fletar cien autobuses sin gente.
La vida es lo de siempre.

Hoy es un día diferente,
como todos los demás.
Iremos a bailar rocanrol a la plaza de un pueblo
en que nunca has estado,
como siempre.

Saben los que saben porque lo dicen los que no saben.
Si los que saben saben que saben, no saben.
¿Qué canciones pondrán hoy
en Rock FM?

No escribo para ser leído.
No leo para ser escritor.

Poeta
es aquel que,
            a través de la palabra,
trata de comprender un mundo que no lo comprende a él,
aquel capaz de encontrar preguntas a todas las respuestas,
el que escucha a la luna
            y ve a través de las rendijas de la mente.
Poeta no es este
o aquel.
Poeta es también quien ornamenta el verso.
Pues bien.

Tengo tanta tristeza taladrándome
que cabe en un paquete de tabaco
la infinitud de la felicidad.

La poesía no es ahora que está siendo escrita.
La poesía es ahora que está siendo leída.

La poesía, decía,
es casi tan aburrida como el rocanrol,
riff arriba, oxímoron abajo.