viernes, 25 de octubre de 2013

Somos

Somos aguja en el pajar.
Somos polvo en la nieve.
Somos espejos en un bosque de cristal.
                Somos alondra en la bandada,
                luz blanca en la niebla
                saliva en la falda de las cataratas.

Somos lo que somos.

Somos ameba.
Somos masa.
Somos elenco mimetizado de zombis
                ante el escaparate de la carnicería.

Somos, a veces, también lo que fuimos.

Somos Segunda Guerra Mundial.
Somos el juguete de un dios adolescente
                que se cansó hace tiempo de jugar con muñecos.
Somos árbol que nadie escuchó caer.
Somos la maravillosa canción
                cuyo autor no se atrevió a cantar jamás.
Somos heridas abiertas,
hermanos a cuchillazos,
                amor de trinchera.

Somos, según parece, también lo que seremos.

Somos opulencia y miseria,
portada barroca tardía,
somos escombro de pluma de pato.
                Somos el reverso de un triángulo equilátero,
                silencio ensordecedor,
                caricia de lija.

Somos lo que somos,
lo que fuimos
y lo que seremos
al mismo tiempo.
                Somos lo que estamos buscando:
                aguja, polvo, espejos.

Quietud en un paisaje en movimiento,
movimiento en un paisaje quieto:

Somos el tiempo.

jueves, 17 de octubre de 2013

Él

Él se llama como yo
pero no usa mi nombre.

Pretende desbrozar
todos mis prados
y yo
genero una hectárea de despojos
                por minuto.
Me saluda sonriente
y asustado
desde los espejos,
me dicta libertad
y yo
hace tiempo que agujereé mis alas
y dejé en blanco
                los folios de las encrucijadas.

Él se alimenta de sueños,
yo no puedo despertar
                del letargo eterno del miedo.
Él es limpia pulcritud inmaculada
y quiebra el metacrilato
                que le separa del amor
con un simple brillo de sonrisa
mientras yo
hago de mimo
                delante de la mujer de mi vida.
Él está asustado,
yo no le temo a nada.
Quizá por esto
perdí la ilusión de destripar a los monstruos
que custodian los más preciados tesoros
y me olvidé de todo.

Él escribe poemas
técnicamente horribles
empapados de verdad.
Yo
escribo poemas por encargo
                que llevan su nombre
                               pero hablan de mí.

Yo fui él,
él quiso ser yo
y ahora
necesito su consejo.

Y así vagamos los dos,
buscándonos en la oscuridad inmensa del espacio-tiempo,
llorándole a un tú
                que quisiera ser nosotros.