jueves, 2 de noviembre de 2017

Tornillos

He guardado los tornillos que me sobran
en las bolsas vacías de la droga.


Prueba,
arráncame la antena unas horas
y lame los segundos de nadie que me cuelgan.


No tengo silencio en los bolsillos,
rebúscame en la riñonera.


He olvidado los caramelos
que no pudimos comernos ayer
en el bus que perderé por la mañana.


Venga,
bájate las garras y acaricia mi barba
mientras nuestras hormigas reconstruyen
el túnel de huída.


Ya no tengo cerebro para elaborar excusas,
si me rallo pulso “eject”.


Estoy quemando mis sábanas
para entrar en calor humano
con cualquier recuerdo retocado con tu cara.


Vuela,
me hace libre la estela que dejas,
en ella destilo el antídoto del ego.


No tengo tonterías de adorno
porque he desmontado las estanterías
para entrar en calor animal contigo.


Y he guardado los tornillos que me sobran
en las bolsas vacías de la droga.

Matrix

Suelo desayunar café con humo,
me alimento de ilusión
mientras arrojo los minutos
por el embudo luminoso.


Me alimento de ilusión.


Morpheo está detrás de la persiana
ofreciendo paz o libertad,
como todas las mañanas,
y yo siempre elijo no elegir.


Vivo del aire
delirando en una idea fértil
que nunca encuentra soporte
con que copular.


Me alimento de ilusión.


Bebo de los tubos de escape
y sueño con huir
dormido de pie en la línea circular.


Me suele desvelar la apnea,
me aliento de ilusión
y escupo realidad.


Mañana volverá Morpheo
ofreciéndome verdad u olvido,
yo seguiré firme en mi decisión
de ser un lánguido indeciso.


Me alieno de ilusión,
me uso para el hedonismo
y eludo la responsabilidad
que Dios me encomendó.


Le doy la espalda a mi don,
me alieno de ilusión
y escribo por encargo del público.


Consumo, como, orino, defeco, fornico,
respiro, duermo, me fumo, me bebo y vomito
para poder volver a hacerlo todo de nuevo.


La ilusión es el placebo.
La ilusión es una ilusión.