lunes, 8 de enero de 2018

Lo

Lo verdaderamente triste
es ver a los niños felices
en los colegios.


Lo más descorazonador
es ver a seres libres celebrar
un puesto de trabajo.


Lo brutal es
el holocausto espiritual
en las iglesias.


Lo más duro es ver
a una señora compadecer
al mendigo del súper.


Lo atroz es el consumo
de irrealidad vaciadora
en los garitos.


Lo profundamente letal
es el veneno de las pantallas
en cualquier lugar.


Lo más repugnante
es la poesía de la belleza
sin soporte.


Lo verdaderamente triste:
ver a los niños felices en los colegios.

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