I
No son ellos los
desaparecidos.
No son ellos
los despreciados,
los saqueados,
los desterrados.
Los silenciados,
los mutilados,
los amordazados
no son ellos.
Los desaparecidos no son
ellos.
No son ellos
los desplazados,
los deshauciados,
los refugiados.
No son ellos.
Los desaparecidos
somos nosotros.
II
No van a poder
parar el pulso natural del
viento.
No van a poder
frenar el mar violento
que nos nace dentro.
No van a poder minar
el campo de la libertad
que hemos sembrado.
Somos más.
Estamos más y aparecemos.
No podrán hacer desaparecer
la estampida de vida
que se les viene encima.
No podrán contener
el alud de verdad helada
acumulada en la cima de la
montaña
más lúcida de la calma.
No podrán hacernos
desaparecer
aunque acaben con nosotros
porque de la última brisa
de la última exhalación de
luz,
nacerá el huracán que
arrase con su sombra.
No van a poder
parar el pulso natural del viento
porque siempre
apareceremos de nuevo.