¿Qué te aporta, qué te ofrece?
El amor no es
una transacción de intereses.
¿Qué aprendes, qué trasciendes?
El amor no es
una transacción de intereses.
Ya lo sé pero ¿qué obtienes?
Nunca habéis flotado
en una habitación sin tiempo
para rozar con los dedos
una luz inasible
ni habéis escalado sin arnés
por cataratas de oro
hasta las cumbres del vértigo.
Sí, pero ¿qué ganas, qué pierdes?
No hay respuesta
para preguntas estúpidas,
para mentes de pana
atadas a la materia,
para espaldas sin alas
que pretenden trepar
por muros de atrezo
hasta las cimas del éxito.
Pero ¿qué razón, qué fin?
Tengo moléculas inéditas
riéndose de vuestra cara cansada,
de vuestra rabia decente
al verme rodar en el cielo
mientras caéis con el granizo.
El amor no es un negocio
ni una empresa
ni se construye ni se riega.
Leña del árbol nonato.
El amor sucede
y si no, se firma un pacto
para alcanzar soledades decoradas.
Pero ¿para qué, cuál, cómo?
Parad los altos hornos
de vuestra moral olímpica,
dejad que el frío empañe
las gafas con que véis el mundo
y disfrutad la podredumbre
sin molestar a los que juegan
sin molestar a los demás.