jueves, 29 de agosto de 2019

Isobutano


Me siento seguro, estable,
libre de impurezas,
me siento ligero,
cien por ciento isobutano.

Voy subiendo
en pequeñas pompas invisibles
y hago levitar a las partículas de polvo.

Soy firmeza y parsimonia
ante los trenes que se van
y los que me pasan por encima;
soy neblina.

Veo lentos los envites del resto,
anticipo los faroles,
aprendo de los aciertos
y de la victoria presumida,
aunque pierda cada mano.

Estoy sereno y sobrio
para paladear cada sílaba de vida,
cada insulto, cada perla.
Salubridad en flor,
soy atento vividor del momento
con los ojos abiertos
a la realidad letal del sol.

Hago malabares en patines
con las malas ondas cerebrales
que me llueven en cascada
y sonrisobatiente caigo y
vuelvo a levantarme y
me parto la cadera y bailo.

Me tomo en serio la fiesta,
cruzo la sala sin tocar el suelo
irradiando grandes cataratas lentas
y me llevo puestas las miradas,
abandero la sobra de la prisa
y espero a que vuelva el búmeran
y me quedo solo y ceno a gusto.

Participo del silencio acompañado,
propongo charla de flamante envergadura,
agua, pan y aceite de oliva virgen extra,
y tiempo que nos despeine las cejas
y nos consuma despacio en alegría
y seamos ceniza de la calma gris
y las olas nos despidan
y yo siga tranquilo
y seguro de mí.

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