Despierto del letargo
en que me ha sumido tu cuello.
Despierto y levanto el vuelo.
Ya he destartalado demasiados sueños
ya he olvidado mi oficio y mis vicios
por
culpa de tus orificios.
Despierto del letargo.
Quedarme enredado en tu pelo
es un lujo tan caro que no se paga con dinero.
Despierto,
escapo de la quietud de tus sábanas,
maleza
perfecta para evadirse de la luz.
Deshago la maleta
donde
sólo habitaban piedras y ropa vieja
para emprender el viaje de vuelta
vacío
de estorbos.
Estoy despierto.
Ahora llevo yo la batuta
de la orquesta
que interpreta mis siestas,
mis desvelos,
mis congresos
en camas ajenas,
mis deseos,
que interpreta sin partitura
melodías efímeras que ensordecen al tiempo.
Estoy despierto
porque es la única manera
de poder vivir mis sueños.
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