sábado, 4 de enero de 2014

Metamor

No hay fórmula.
El amor es una molécula inestable,
una mordaza de la lógica,
un “sí pero no” constante.
Es la morada del nómada.

No hay fórmula.
El amor
es la frontera milimétrica
que separa el alma
de la materia más absoluta,
una fantasía demasiado tangible.

No hay fórmula.
Es metamorfosis
y consolidación de los principios.
El amor es madurez
                a través de la inocencia,
crecer y menguar al tiempo,
habitar todas las edades.

Joder, que no,
no hay fórmula.

No existe la manera,
el número, la palabra
que defina su esencia;
concreción abstracta de un rayo de luz.

El amor no existe
a pesar de ser lo único verdaderamente auténtico.
Así que
basta ya de metamor,
del amor dentro del amor,
del amor más allá del amor.
Basta ya de hablar del amor,
no hay fórmula.
“¿Qué es amor?”
¿Y yo me lo pregunto?
Basta ya de teorizar, amor,
y vamos a emanarnos el amor
hasta que se nos olviden las maneras,
vamos a follarnos al amor
hasta que se nos agoten las palabras,
vamos a estrellarnos el amor
hasta que se nos acaben los números,
hasta que ya no queden “bastas”
y todo empiece siempre donde acaba…
y todo acabe siempre donde empieza…

3 comentarios: