jueves, 14 de noviembre de 2013

Cavo mi tumba

Cavo mi tumba y meto dentro los miedos.
No puedo seguir cantando,
                tantos destartalados sueños
                               huyen colina abajo…
Y sigo sin ponerme el abrigo
para visitar los estivales parajes de mi pasado
y sigo muriéndome de paz y pena.
No suelo ser yo
cuando aparezco en los recuerdos:
cambio de reloj, tiro los dados
y despierto en una cama sin sábanas voladoras.

¡Qué destello de escalofrío,
qué desasosiego de caricias!

Meto los dedos en el pelo de cualquiera
y me masturbo recordando lo que pudo ser.
Sigo sin verte ante mis ojos.
Sigo sin saber seguir, estancado,
                flotando boca abajo.

Cavo mi tumba
y meto dentro gominolas.
Salgo
Escribo en los árboles  mi cadena genética
y extirpo de mi nuca
los apellidos de mis antepasados.
Salgo
y estrello mis manos
contra una realidad disfrazada de luna.
No puedo nombrarte.
Cabalgo a pelo
sobre un caballo anciano,
las hormigas que me salen de la boca
cargan con las migas de los poemas que nunca te escribí.

Lo que escribo
dicta lo que tengo que pensar
y así
el tiempo
no siempre avanza hacia adelante.

Paro.

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