No soy más que arena
esparciendo mis granos por las ciudades.
Un gran desierto, nómada, que se expande
pero en mi centro
cada vez quedan menos granos.
Y cada vez que más grande, más pequeño.
Voy dejando mi huella en los caminos
donde otros dejarán la suya,
desertizando las avenidas y los callejones.
No soy más que arena.
No soy menos cuanto más pierdo.
Es el viento mi cómplice o quizá el primer
culpable,
porque no soy más que arena quieta
que se expande, y sueña con ser viento que,
quieto por estar en todas partes, mueva
los desiertos. Sueño con el sueño
porque en el sueño no soy yo, y sí lo soy.
En el sueño puedo ser
más que arena,
sueño con ser más que eso, sueño con el sueño,
sueño con ser yo soñando con no serlo.
Desierto en movimiento que no avanza,
desierto quieto que sueña con ser viento.
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